Doctor No

Estoy volando en un avión de Aerolineas Argentinas pensando en la seguridad aérea. Pienso en el avión que se incendió hace un par de meses en Barajas y también en el avión de Lapa que se incendió en el Aeroparque. Se puede prender fuego cualquier cosa en cualquier momento y más, después que se incendiaron las famosas torres gemelas en el corazón de Manhattan. Me imagino una explosión tremenda, con una bola de humo de distintas tonalidades de grises y llamaradas amarillas y rojas que suben hasta el cielo, como las que se ven el cine. Pero no sé si lo veré a Sean Connery, luciendo un traje impecable de tela inglesa de primera calidad, piloteando su jaguar, alejándose raudamente de las llamas sin despeinarse. En una de esas aterrizamos bien y en menos de quince minutos estoy tomándome un whisky en uno de esos barcitos que están en el hall del Aeroparque. Mientras, voy a ver una peli de James Bond, musicalizada por John Barry, en mi nokia pasado de moda -estoy considerando seriamente comprarme un iPhone-. Trailer de Doctor No, la primera entrega de la serie cinematográfica más exitosa de todos los tiempos, filmada en Inglaterra en 1962 por Terence Young. Video publicado en el canal de NicoMyers.
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Update: El agente del MI6 John Strangways (Tim Moxon) es asesinado en Jamaica y James Bond (Sean Connery) es enviado a la escena del crímen para comenzar a investigar. En Kingston, 007 se encontrará con Quarrel (John Kitzmiller), Félix Leiter (Jack Lord) -agente de la CIA- y con la sensual Honey Rider (Ursula Andress). Mientras el grupo investiga en la isla Crab Key (Cayo Cangrejo), propiedad del Dr. Julius No -presunto asesino de Strangways- Quarrel es asesinado. Luego Bond y la señorita Rider son tomados prisioneros por los hombres del enfermizo Doctor No. Allí se enteran de su diabólico plan: El Doctor piensa secuestrar naves espaciales en órbita para dominar al mundo. 007 logra escaparse y se infiltra en el bunker del Dr. No. En las escenas finales, Bond lo empuja a No y el Doctor cae dentro de un reactor nuclear. Obviamente, muere.